Durante el dominio romano en Egipto, la gran ciudad de Alejandría, la que fuera el centro cultural del mundo conocido durante siglos gracias en gran parte a su famosa biblioteca, lugar donde hicieron vida gigantes de las ciencias como Euclides, Aristarco de Samos y Arquímedes, se vio sumergida en una crisis cultural que no habría previsto jamás.
Del libro "El incendio de Alejandría" del autor Jean-Pierre Luminet, les traigo este pequeño extracto:
En tiempos de Filón, la Biblioteca se había convertido en propiedad del Estado romano, y su << sumo sacerdote >> lo nombraba el propio emperador. Con frecuencia era un griego, y sus atribuciones eran las de un funcionario, adjunto directo del prefecto de Alejandría, y solia estar más preocupado por las cuentas financieras que por las investigaciones eruditas. Por otra parte, filósofos y sabios sólo permanecían en Alejandría durante los años de estudio, y después se iban a hacer carrera en Roma como preceptores o consejeros en las ricas familias del Imperio, donde aceptaban ser tratados como esclavos con la esperanza de alcanzar, gracias a la entrega, primero la manumisión y luego la ciudadanía romana.
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